Gabi tan sólo quiere ser Gabi. Un deseo que parece sencillo pero que no lo es. Gabi se siente diferente. Aunque en sus ocho años de vida nunca le ha supuesto ningún problema decir las cosas claras, cuando la familia se traslada a un pequeño pueblo y llega a la pubertad todo empieza a cambiar. Vemos a Gabi crecer en pantalla a lo largo de cinco años, poniendo en duda las ideas preconcebidas sobre el género, la norma y el derecho a ser quien quiera ser.