Más de 3.600 espectadores en el primer fin de semana de Mi Primer Festival

La decimosexta edición de Mi Primer Festival dio un pistoletazo de salida con un primer fin de semana lleno de emociones para pequeños y grandes cinéfilos. Creatividad, diversión y cine inédito, el festival diseñado específicamente para niños y niñas de 2 a 12 años, llenó las salas de Madrid y Barcelona con más de 3.600 espectadores.

En Madrid el festival contó con 1800 espectadores emocionados por en el MK2 Cine Paz, en Condeduque y el Cine Doré. En la proyección de la sesión inaugural, Robot Dreams, contamos con la presencia de Pablo Berger, quien explicó el proceso creativo de la película y bailó en la sala al ritmo de September, de Earth Wind & Fire. Además, el público gozó de Tony, Shelly y la linterna mágica, una joya de stop-motion que cautivó a familias enteras con su magia y luz. La ciudad se llenó de risas y aplausos con la proyección de la mítica película Chicken Run, un clásico de la animación stop-motion cargada de imaginación, diversión y risas para toda la familia.

También en Madrid, en las salas del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque contamos con talleres por partida doble. Por un lado, la escuela de cine infantil y juvenil Primer Plano, junto con la cineasta Goizeder Urtasun, presentaron un taller apasionante para familias con ganas de explorar el mundo que se centra en estrechar lazos familiares y vínculos a través del cine y su potencial pedagógico. Por otro lado, en un taller de creatividad en familia, la ONG Coloria.

En Barcelona, la afluencia de público fue excepcional también con un total de 1800 espectadores. Las salas del Mooby Bosque, Cine Verdi y la Filmoteca de Catalunya se convirtieron en un lugar de encuentro para familias y amigos, y los más pequeños no pudieron esconder su entusiasmo. Además, el Instituto Francés fue el escenario del Taller de Light-painting, una forma única de aprender cómo funcionan las fotografías de exposición prolongada y utilizar pinceles de luz, hechos con LEDs de colores para crear escenas mágicas.

Uno de los momentos más emocionantes en la ciuad condal fue el de la proyección de Robot Dreams de Pablo Berger, una verdadera carta de amor en la ciudad de Nueva York. Presentada por su director de arte, José Luis Ágreda nos enseñó emocionantes escenas e ilustraciones del diseño de escenarios y personajes. El largometraje hechizó a jóvenes y mayores por igual. Las lágrimas de emoción, las risas y los aplausos llenaron las salas de la capital catalana.

Este año, Mi Primer Festival ha dado un paso adelante con su misión de inclusión y accesibilidad, dirigiéndose especialmente a las personas con sordera. El festival ofrece tres sesiones especialmente adaptadas a estos colectivos en Barcelona con subtítulos adaptados, bucle magnético e intérpretes en lengua de signos catalana. La primera sesión, de Tony, Shelly y la linterna mágica tuvo lugar con gran éxito, reuniendo a una veintena de personas con sordera que pudieron disfrutar de la proyección, . Esta película, recomendada para niños mayores de 6 años, doblada al catalán y se ofrecieron subtítulos adaptados para personas sordas. Además, la sala estaba equipada con bucle magnético e incluyó una presentación y coloquio con intérpretes de lengua de signos catalana (LSC), así como subtitulado en directo.

La magia del cine mudo y la música en vivo tomó vida en el cine-concierto de Charley Bowers, en la que el virtuoso pianista Jorge Gil Zulueta ofreció una experiencia completa. Tras la proyección, Zulueta compartió un enriquecedor diálogo con la audiencia, abordando temas como la relación entre música y cine mudo, así como el arte de la comedia.

A medida que el festival entra en su segunda semana, la emoción crece con las proyecciones escolares programadas. Más de 10.000 niños y niñas tendrán la oportunidad de participar en esta experiencia única en las próximas semanas. El cine sigue siendo una poderosa herramienta para hablar sobre diversidad cultural, estimular la imaginación y la creatividad, y fomentar la reflexión y el pensamiento crítico ante el consumo audiovisual
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